domingo, 15 de noviembre de 2009

CICLO VEGETATIVO Y CALENDARIOS AGRICOLAS


Dada la enorme dispersión del cultivo del maíz en la América precolombina resulta difícil señalar su ciclo vegetativo, sujeto a factores cambiantes de latitud (se cultivaba en los dos hemisferios), altura y tipos de suelo. En el Caribe parece que llegaba a acortarse a sólo tres o cuatro meses - y nos referimos naturalmente al maíz indígena, no al creado posteriormente - y aún parece que había un maíz que se daba a los cuarenta días de plantado, pues Fernández de Oviedo, que vivió en las Antillas y zona circuncaribe (Panamá, Colombia, etc.) escribió: " Este maíz, desde a pocos días nasce, porque en cuatro meses se coge, e alguno hay más temprano, que viene a tres. E otra simiente hay que se coge desde a dos meses después que se siembra. Y en Nicaragua, que es una provincia de Tierra Firme, hay simiente de maíz que viene a recogerse a los cuarenta días; pero es poco lo que se coge de ello, ni es sino para un socorro en tanto que llega el otro maíz de los tres meses o cuatro. Los incas de la sierra lo sembraban entre agosto y septiembre y lo recogían a partir de mayo. Parece por tanto que el ciclo de crecimiento del maíz era algo mas largo en el Perú (unos ocho meses) que en Mesoamérica (unos seis meses). Ahora bien, este ciclo podía acortarse mucho en función de los tipos de suelo, la irrigación y los abonos. Los aztecas lograban obtener hasta dos cosechas anuales mediante la agricultura intensiva, y los mayas clásicos parece que consiguieron obtener hasta tres cosechas en las tierras bajas del Pacífico. Donde no pudo acortarse fue en el Perú, pese a que la producción de maíz se hacía con abono e irrigación, ya en la costa no llovía y en la sierra se registraba una pluviosidad insuficiente y variable según las regiones; unos seis meses en su parte norte y unos tres en la sur (diciembre a marzo) .
Es muy probable que la necesidad de fijar el ciclo apropiado del cultivo de maíz creara los sistemas de cómputos del tiempo en las altas culturas. Los mayas clásicos llegaron así a determinar los bisiestos, pues como ha escrito Morley muy pronto se dieron cuenta de que "no disponiendo de un mes flexible que pudiera recoger el cuarto día extra, el año comenzaría a adelantarse al año verdadero. El aumento ascendería a 15 días en el lapso de sesenta años.
Si se dejaba que esa discrepancia se dejara sin corregirse, las estaciones del año del agricultor, se habrían trastornado rápidamente, y la época para quemar el bosque, en lugar de caer hacia el final de la estación seca, habría ido retrocediendo hacia febrero, enero, etc. hasta que su calendario les hubiera ordenado quemar los bosques en lo más riguroso de la estación de las lluvias"

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