El origen del maíz ha sido un misterio a cuyo esclarecimiento han dedicado sus esfuerzos numerosos científicos a lo largo de este siglo. Hoy sigue siendo objeto de debate, ya que no ha sido totalmente resuelto. Sin embargo, los estudios efectuados nos permiten saber con bastante grado de certeza su procedencia, el lugar donde se domesticó y hasta las fechas aproximadas en que se produjo dicha domesticación.
El camino ha sido largo, no obstante, y lleno de dificultades. Así en 1953 Silvia Rendón sostuvo la teoría, basada en testimonios históricos y lingüísticos, de que el maíz no era originario de América, sino de la cuenca del Danubio o de Transcaucasia, y en 1959 Croizat aportó algunas pruebas botánicas y antropológicas en favor de la hipótesis de que el maíz se originó en Asia . Salvando estos casos exóticos, los científicos son unánimes en reconocer América como el continente donde se originó, ya que no se ha encontrado una sola mazorca en el Viejo Mundo anterior a 1492, lo que contrasta con las 25.000 halladas desde Arizona hasta Guatemala antes de dicha fecha. No es tan evidente, en cambio, lo que respecta a la región matriz. Hugh C. Cuttler se inclinó por pensar que fue la del Mato Grosso y parte oriental de Bolivia, contradiciendo la tesis de Birkett-Smith que señalaba a Colombia como patria del maíz, pero coincidiendo bastante con Carter, quien también defendió su domesticación en Bolivia y Paraguay. Una variación interesante fue la tesis de Kulesnov de que el maíz fue domesticado por primera vez en Perú, lo que no quería decir, como recalcó, que fuera originario de dicha región. En 1977 Wilkes señaló que la diversidad racial del maíz parecía indicar que Perú y México eran sus centros primarios de la diversidad genética.
Al descubrirse en 1979 un teosinte perenne (Zea diploperennis), dotado de tallos subterráneos (rizomas) que le permiten dicho carácter perenne, Mangelsdorf ha reajustado su teoría, considerando que el maíz moderno y el teosinte anual descienden por hibridación del teosinte perenne con un maíz tunicado, primitivo. En su opinión "el maíz moderno, si bien ha heredado sus características botánicas específicas de un pariente silvestre del maíz, también ha recibido una contribución igualmente importante de Z. diploperennis. A decir verdad, fue la hibridación del teosinte perenne, hace probablemente unos 4.000 años, lo que disparó la evolución explosiva del maíz como planta cultivada”. Naturalmente antes de que esta evolución se produjera el maíz era ya el cultivo más importante de América.
Mangeldorf opina que la hibridación del Zea diploperennis y del Zea mays se produjo probablemente hace unos 4.000 años y que mucho "antes de que se encontraran en el valle de Tehuacán, el maíz y el teosinte perenne, tuvieron que divergir de una antecesor común. Acerca de este antecesor, casi nada se puede decir, aparte de que perteneció probablemente a las Andropogoneas, tribu de las gramíneas que incluye el sorgo, el mijo, la caña de azúcar un buen número de importantes hierbas forrajeras y de pasto. Cómo evolucionó el maíz silvestre a partir de su antecesor remoto, y, en particular, cómo evolucionó la mazorca, todavía es objeto de especulación.
El camino ha sido largo, no obstante, y lleno de dificultades. Así en 1953 Silvia Rendón sostuvo la teoría, basada en testimonios históricos y lingüísticos, de que el maíz no era originario de América, sino de la cuenca del Danubio o de Transcaucasia, y en 1959 Croizat aportó algunas pruebas botánicas y antropológicas en favor de la hipótesis de que el maíz se originó en Asia . Salvando estos casos exóticos, los científicos son unánimes en reconocer América como el continente donde se originó, ya que no se ha encontrado una sola mazorca en el Viejo Mundo anterior a 1492, lo que contrasta con las 25.000 halladas desde Arizona hasta Guatemala antes de dicha fecha. No es tan evidente, en cambio, lo que respecta a la región matriz. Hugh C. Cuttler se inclinó por pensar que fue la del Mato Grosso y parte oriental de Bolivia, contradiciendo la tesis de Birkett-Smith que señalaba a Colombia como patria del maíz, pero coincidiendo bastante con Carter, quien también defendió su domesticación en Bolivia y Paraguay. Una variación interesante fue la tesis de Kulesnov de que el maíz fue domesticado por primera vez en Perú, lo que no quería decir, como recalcó, que fuera originario de dicha región. En 1977 Wilkes señaló que la diversidad racial del maíz parecía indicar que Perú y México eran sus centros primarios de la diversidad genética.
Al descubrirse en 1979 un teosinte perenne (Zea diploperennis), dotado de tallos subterráneos (rizomas) que le permiten dicho carácter perenne, Mangelsdorf ha reajustado su teoría, considerando que el maíz moderno y el teosinte anual descienden por hibridación del teosinte perenne con un maíz tunicado, primitivo. En su opinión "el maíz moderno, si bien ha heredado sus características botánicas específicas de un pariente silvestre del maíz, también ha recibido una contribución igualmente importante de Z. diploperennis. A decir verdad, fue la hibridación del teosinte perenne, hace probablemente unos 4.000 años, lo que disparó la evolución explosiva del maíz como planta cultivada”. Naturalmente antes de que esta evolución se produjera el maíz era ya el cultivo más importante de América.
Mangeldorf opina que la hibridación del Zea diploperennis y del Zea mays se produjo probablemente hace unos 4.000 años y que mucho "antes de que se encontraran en el valle de Tehuacán, el maíz y el teosinte perenne, tuvieron que divergir de una antecesor común. Acerca de este antecesor, casi nada se puede decir, aparte de que perteneció probablemente a las Andropogoneas, tribu de las gramíneas que incluye el sorgo, el mijo, la caña de azúcar un buen número de importantes hierbas forrajeras y de pasto. Cómo evolucionó el maíz silvestre a partir de su antecesor remoto, y, en particular, cómo evolucionó la mazorca, todavía es objeto de especulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario